La Paz es posible

Pablo VI, que pronto podría ser beatificado, fue el creador de la Jornada Mundial por la Paz, que se viene celebrando desde el 1 de enero de 1967.

Cada año hay un mensaje pontificio. El de hoy se titula Bienaventurados los que trabajan por la paz. En un tiempo “caracterizado por la globalización, con sus aspectos positivos y negativos”, y por “sangrientos conflictos y amenazas de guerra”, Benedicto XVI reclama “un compromiso renovado y concertado en la búsqueda del bien común” y del desarrollo integral.
El Pontífice señala los problemas más graves que hoy amenazan la paz: “Creciente desigualdad entre ricos y pobres”, “mentalidad egoísta e individualista”, “un capitalismo financiero no regulado”, terrorismo y delincuencia internacional, fundamentalismos y fanatismos “que distorsionan la verdadera naturaleza de la religión”. “Y, sin embargo —continúa el Papa—, las numerosas iniciativas de paz que enriquecen el mundo atestiguan la vocación innata de la humanidad hacia la paz. El deseo de paz es una aspiración esencial de cada hombre, y coincide con el deseo de una vida humana plena, feliz y lograda”.

“La paz no es un sueño, no es una utopía: la paz es posible” —asegura el Papa—. “Nuestros ojos deben ver con mayor profundidad, bajo la superficie de las apariencias y las manifestaciones, para descubrir una realidad positiva que existe en nuestros corazones“. Y más adelante añade: “Toda persona y toda comunidad —religiosa, civil, educativa y cultural— está llamada a trabajar por la paz”. La paz es la realización del bien común y de todos en la sociedad.
La jornada mundial de oración por la paz fue establecida por el Papa Pablo VI en 1968. Fue fijada en el día 1 de enero, comienzo del año civil y solemnidad litúrgica de Santa María Madre de Dios. Jesucristo es el Príncipe de la Paz; su Madre María es la Reina de la Paz. A lo largo de estos cuarenta y cinco años, la Jornada ha contado siempre con un mensaje papal, titulado con un lema. El enunciado de los lemas es un recorrido espléndido por los caminos que la Iglesia ofrece para alcanzar la paz.

LOS LEMAS DE LAS JORNADAS MUNDIALES DE LA PAZ

Propuestas del Papa Pablo VI -años 1968-1978 (1 de enero)

1.- La promoción de los derechos del hombre, camino hacia la paz. (1969)
2.- Educarse para la paz a través de la reconciliación. (1970)
3.- Todo hombre es mi hermano. (1971)
4.- Si quieres la paz, trabaja por la justicia. (1972)
5.- La paz es posible. (1973)
6.- La paz depende también de ti. (1974)
7.- La reconciliación, camino hacia la paz. (1975)
8.- Las verdaderas armas de la paz. (1976)
9.- Si quieres la paz, defiende la vida. (1977)
10.- No a la violencia, sí a la paz. (1978)

Propuestas del Papa Juan Pablo II -años 1979-2002 (1 de enero)

1.- Para lograr la paz, educar para la paz. (1979)
2.- La verdad, fuerza de la paz. (1980)
3.- Para servir la paz, respeta la libertad. (1981)
4.- La paz, don de Dios confiado a los hombres. (1982)
5.- El diálogo por la paz, una urgencia de nuestro tiempo. (1983)
6.- La paz nace de un corazón nuevo. (1984)
7.- La paz y los jóvenes caminan juntos. (1985)
8.- Norte-Sur, Este-Oeste: una sola paz. (1986)
9.- Desarrollo y solidaridad: claves para la paz. (1987)
10.- La libertad religiosa, condición para la pacífica convivencia. (1988)
11.- Para construir la paz, respeta a las minorías. (1989)
12.- Paz con Dios Creador, paz con toda la creación. (1990)
13.- Si quieres la paz, respeta la conciencia de cada hombre. (1991)
14.- Creyentes unidos en la construcción de la paz. (1992)
15.- Si quieres la paz, sal al encuentro del pobre. (1993)
16.- De la familia nace la paz de la familia humana. (1994)
17.- La mujer, educadora para la paz (1995)
18.- ¡Demos a los niños un futuro de paz!. (1996)
19.- Ofrece el perdón, recibe la paz. (1997)
20.- De la justicia de cada uno nace la paz de todos. (1998)
21.- El secreto de la paz verdadera reside en el respeto a los derechos humanos. (1999)
22.- Paz a los hombres que ama el Señor. (2000)
23.- Diálogo entre las culturas para una civilización del amor. (2001)
24.- Sin justicia no hay paz, no hay justicia sin perdón. (2002)